El segundo ciclo está conformado por los cursos de 3° a 6° de educación básica. Este periodo tiene diversos cambios, siendo el principal la separación de docentes por área, teniendo especialistas en cada uno de los niveles, por lo que la mirada y reflexión pedagógica de los docentes es fundamental para esta articulación.
En los niveles de 3° y 4° básico, lo fundamental es el desarrollo de la autonomía de nuestros estudiantes.
Existe un cambio que implica el trabajo independiente, fomentando la responsabilidad y el trabajo entre pares, donde los docentes guían y acompañan, entregando estrategias, habilidades y actitudes para conducir este periodo.
En los niveles siguientes el objetivo es la educación integral y de calidad, donde se promueven habilidades, aprendizajes y valores, desarrollando conciencia por el bienestar y el cuidado de su medio ambiente y la comunidad. La reflexión, el debate y el trabajo en equipo son esenciales, alineándose a valores transversales de nuestro currículo nacional y a nuestra sociedad. Los hacemos parte y consciente de sus aprendizajes, entregando valores como la calidad, participación, transparencia y la solidaridad.
Finalmente, este ciclo, culmina con 8° básico, donde se genera un andamiaje para el inicio de la educación media, entregando estrategias y herramientas de aprendizaje y estudio, que permiten organizar el siguiente periodo escolar.
El Segundo Ciclo genera estrategias que implican un trabajo independiente, el desarrollo de la responsabilidad y el trabajo entre pares. Los estudiantes son parte y conscientes de sus aprendizajes, entregando valores como la calidad, participación, transparencia y la solidaridad.
Se potencian áreas específicas como el dominio lector, por medio de la lectura guiada, aumentando complejidad de textos, la velocidad y potenciando su calidad y comprensión lectora. Desde el cálculo mental, se desarrollan estrategias de pensamiento numérico, y finalmente como institución asumimos el desafío de educar en un contexto de globalización, fomentando el desarrollo de competencias propias del siglo XXI, por medio de Aprendizaje basado en proyectos (ABP).
El dominio lector se compone por un conjunto de estrategias con el objetivo mejorar la calidad lectora de los estudiantes, considerando las habilidades que involucra dicho proceso; es decir, Eficacia-exactitud, Vocabulario visual, ritmo, entonación y puntuación.
De esta manera, los estudiantes recorrerán un sinfín de textos, utilizando diferentes estrategias que permitan mejorar su calidad en la lectura, con distintos niveles de complejidad tanto por los grupos consonánticos, como por tipo y extensión de texto.
La velocidad lectora es un indicador que señala cuántas palabras lee un niño en un minuto. La velocidad lectora es evaluada en forma individual, en un lugar tranquilo y silencioso.
El objetivo del cálculo mental es desarrollar estrategias de pensamiento en nuestros alumnos, que le permiten situarse en el campo numérico, logrando, además, crear esquemas mentales más generales y formativos.
Si bien tenemos incluidas algunas estrategias de cálculo mental en nuestro programa actual, nos parece necesario enfatizar aún más cálculo mental dado que:
Al introducir una estrategia de pensamiento, se debe incluir todo lo que le ayudará a los alumnos a entender su lógica y su simpleza. Mientras más sentidos involucre al introducir datos, mayor la probabilidad de éxito de sus alumnos.
Esto es reforzado por medio de cartillas, que se trabajan en las clases de matemáticas.
Como institución asumimos el desafío de educar en un contexto de globalización, fomentando el desarrollo de competencias propias del siglo XXI. Nuestros estudiantes deben ser protagonistas de su proceso de aprendizaje, siendo agentes activos y participantes de éste. Para ello, hemos readecuado orientaciones y estrategias pedagógicas que nos permiten fomentar el trabajo en base al aprendizaje basado en proyectos (ABP), una metodología de aprendizaje que desarrolla dichas competencias, ayudando a nuestros estudiantes a enfrentar problemáticas del mundo real.