
«Como matrona clínica del Hospital de la Fuerza Aérea de Chile (desde hace 17 años), los desafíos de mi labor profesional han sido múltiples, debiendo desde marzo del año pasado, asumir este nuevo y desconocido reto, el atender a pacientes con riesgo de presentar COVID y a pacientes contagiados con COVID.
Inicialmente, el temor ante esta enfermedad desconocida para todos, logró exigir nuevas competencias a los grupos de trabajo, tanto en lo laboral (aplicando nuevos protocolos), como en lo personal, asumiendo la posibilidad de ser portadora del virus, y con el consiguiente riesgo de transmisión hacia los integrantes de mi familia.
Posteriormente, y a pesar del estrés que todo esto provoca, el apoyo de la familia y la cohesión de los equipos de trabajo lograron mantener el espíritu en alto y nos instaron a seguir adelante con entusiasmo en esta gran campaña.
El rol, que como profesional siempre hemos mantenido, ha sido el acompañar a la mujer en todas las etapas de su vida; pero en esta pandemia, en que el aislamiento y la soledad han sido la rutina en nuestros pacientes, siento que este rol ha sido aún más fundamental, el acompañar tanto a mujeres con patologías ginecológicas como a mujeres en período de embarazo, parto y puerperio, con la misma calidez de antes, y sobretodo, a pesar del uso de mascarillas, guantes, pecheras, antiparras y distanciamiento social.
Esto ha permitido que la paciente y su pareja vivan sin miedo este evento tan trascendente en sus vidas, como lo es la llegada de un hijo. Es nuestra labor contenerlas y estar con ellas…. Es por eso que uno sigue con entusiasmo trabajando por ellas y sus familias. Tengo un compromiso con mis pacientes que debo cumplir….”